martes, 20 de marzo de 2012

Twenty. Sophie

Zayn me arrastra hasta el final del pasillo, fuera de la vista de todos. ¿Qué querrá? Sé que confío en él, pero, después de la cara que se le ha quedado a Cris... Ellos estaban teniendo un “momento”, pero Zayn lo rompió. Buff, demasiadas cosas.
Centro mi atención en Zayn, en sus ojos oscuros. Al girar la esquina, entramos en un pasillo de luz tenue. Él se da la vuelta y me sonríe, fugaz. Una sonrisa deslumbrante, que ilumina su rostro por un instante.
- Zayn, ¿qué hacemos aquí?- le pregunto, al final.
Me sorprendo, me quedo sin respiración, cuando desliza su mano cálida por mi cintura.
- Zayn...- empiezo.
- Shhh...- responde, haciéndome callar.
No me siento bien. Él no me gusta, ¿o sí? Una vez... ¿Pero qué estoy pensando? Estoy tan nerviosa por su roce que no pienso con claridad.
Zayn me empuja ligeramente, y noto la pared detrás de mí. Estoy acorralada entre él y el muro empapelado. Mi respiración se acelera, nerviosa.
Noto como la mano de Zayn sube desde la cintura por mi costado, y mi corazón, tonta de mí, se acelera. Acerca su cara a la mía, la distancia se acorta, y mi corazón parece a punto de explotar, de lo rápido que late. Casi no puedo respirar, y todo lo que consigo ver son sus ojos.
Su mano libre se acerca a mi rostro, coge un mechón de mi cabello y lo riza alrededor de su dedo índice, como un tirabuzón. Me quedo sin respiración por un instante que se hace eterno.
Cuando la distancia entre nosotros se reduce a unos milímetros, y puedo sentir su aliento a menta en mi rostro, la parte de mí que se ha quedado embobada recuerda, sin saber cómo, a respirar y pensar con claridad.
La razón vuelve a mí a tiempo para detenerlo.
- Zayn. No- mi negativa hace que pare en seco y se separe de mí.
- Pero... Pensaba que tú...- dice titubeante-, que tú querías...
Me mira, inseguro, y vuelve a acercar su mano a mi cintura. Su sonrisa se ha apagado. Siento un dolor en el pecho, pero sé que lo correcto es apartarme. A mí Zayn no me gusta, me digo a mí misma, él le gusta a Cris. Se lo debo. Es mi amiga.
Cojo la mano que Zayn tiene en mi cintura y la separo de mi cuerpo.
- Zayn, no me gustas más que como amigo- me obligo a decirle. ¿Estoy mintiéndome a mí misma?
Mi lucha interna me pone nerviosa. Nunca antes me había pasado pero, claro, tampoco nunca antes había estado en esta situación. Entre la espada y la pared, casi literalmente.
Él me mira, evaluando con la mirada si estoy diciendo la verdad. Parece que se lo cree.
- Tú tampoco me gustas- dice al fin, impasible.
Intento disimular la sorpresa que siento, pero eso dura poco, ya que lo que empiezo a sentir es... enfado. Aún peor. Yo he pensado que lo rechazaba, y no quería herirle, pero, si él tampoco siente nada, ¿por qué ha hecho todo esto?
Mi rostro debe expresar la pregunta, porque Zayn responde.
- Solo pensé que querías... no sé, un rato...
Se le debería caer la cara de vergüenza por lo que está diciendo. ¿Cómo se atreve? Ahora dejo de sentirme mal, y me siento indignada.
- Increíble- digo-. No sé como le puedes gustar a nadie.
Una vez he dicho lo que pienso, me doy media vuelta y me marcho, dejando a Zayn solo, en medio del pasillo.
Mientras camino de vuelta a donde están los demás, en silencio, me doy cuenta de que, a pesar de todo, sí que me gusta Zayn, más de lo que me pensaba hace unos minutos. Pero, si a Cris le gusta, no debo inmiscuirme. Pero mi corazón duele cada vez más.
Suspiro, y casi doy un salto de la sorpresa cuando dos manos, ya reconocibles, me rodean la cintura, forzándome a dar la vuelta.
Ahora sí que sus labios rozan los míos. Primero suavemente, después más rápido. Cuando paramos a respirar, él, entre jadeos, dice:
- Lo necesito.
 - Yo también- le respondo, casi sin respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario