miércoles, 14 de marzo de 2012

Sixteen. María

Me despierto con el sonido del despertador. ¿Por qué he de ir a clase? Pero es lunes, y no hay otra opción. Estoy cansadísima, pero tengo que ponerme en marcha, por mucho que quiera quedarme en la cama todo el día o, mejor aún, quedar con los chicos de nuevo.
Me visto y me peino antes de bajar a desayunar. Doy un beso a mi madre, que me espera en la cocina con mi perrita. ¡Qué mona es! Anoche se acostó en mi cuarto, pero debe de haberse despertado antes que yo.
Después de comer algo, mi madre me lleva a clase, no sea que llegue tarde el lunes. Me encuentro a Carla y Cris a la entrada. Nos saludamos, y veo que ellas siguen pensando en los chicos, igual que yo.
Esta noche he soñado con Liam. Sus cálidos ojos ocupaban mi campo de vista, pero entonces, de repente, se volvían verdes, y, al alejarme, veía que pertenecían a Louis. De la impresión, me he despertado. ¿En qué estaré pensando? La respuesta es fácil. En Liam, sus ojos, su pelo, la peca de su cuello... No en Louis, ¿verdad?
Llegamos a clase de las primeras, y nos sentamos encima de las mesas a hablar antes de que llegue todo el mundo. Las emociones del fin de semana han sido demasiado para nosotras.
La primera clase transcurre sin interrupciones, solamente alguna llamada de atención a alguna de nosotras que sigue en la luna, pensando en la oportunidad que hemos perdido con los chicos.
Segunda hora. Más aburrimiento. Veo a Carla girada, hablando con algunos chicos y riendo. Le van a llamar la atención en tres, dos, uno...
- Carla, silencio- dice la profesora, mirándola atentamente.
A la hora del descanso por fin conseguimos escapar un poco de la rutina, y nuestra sorpresa es aún mayor cuando oigo nuestros nombres por el interfono. Hace algún tiempo, se decidió poner un interfono, como un megáfono, para poder llamar a los alumnos desde secretaría sin tener que ir a buscarlos, y una de las mayores vergüenzas es que te llamen por ahí. Qué corte.
Todo el mundo nos mira, y veo a Sophie ruborizarse mucho. Pero llegamos hasta secretaría.
Nuestra sorpresa es mayúscula cuando vemos por qué nos han llamado. Nos han venido a recoger. Pero no nuestros padres.
-¡Sorpresa!- me dice Liam al oído, acercándose.
Niall besa a Carla en la mejilla y cuando Harry se acerca a Inés para saludarla, Mar, una chica de nuestra clase, entra en escena.
Mar es la típica chica que atrae toda la atención de los chicos de nuestro alrededor, pero que parece necesitar aún más. Según ella, vive por One Direction, así que cuando entra y los ve, su primera reacción es pegar un grito. Pero después se recupera ya que, como todas, piensa en lo que pueden pensar los chicos de una fan loca.
Siempre le ha gustado Harry, así que se le queda la boca abierta cuando ve a Inés con él, hablando en un rincón. Se han separado al oír el grito, pero siguen separados del resto. Mar se acerca a toda prisa, y aparta a Inés de un empujón.
-¡Eh!- grita mi amiga, sin duda molesta por lo que pasa.
Y, sin más, Harry y Mar empiezan a hablar, pero, mientras que ella intenta de todas maneras llamar su atención y flirtear, él no hace nada más que dejarle muy claras las cosas.
- Perdona, pero ya he conocido a alguien- dice mirando a Inés. Ésta se ruboriza un poco-. No estoy interesado en chicas que se tiran al primero que les pasa por delante, y menos si ése soy yo.
A Mar se le cae la cara de vergüenza. Seguro que desea que la tierra la trague, porque Harry sigue hablando, para deleite de Inés. Los demás miramos, sorprendidos por todo esto.
- Quiero que quede claro, y puedes contárselo a todas las chicas como tú- prosigue Harry-. Que ahora he encontrado a una chica que me gusta y no dejaré escapar la oportunidad. Hacerlo sería una tontería.
Y sin más, coge a Inés del brazo y sale por la puerta, hacia la calle. Todos los miramos, atónitos, y vemos como Mar, enfurruñada, sale a toda prisa de la secretaría por la otra puerta, de vuelta al colegio.

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