viernes, 30 de marzo de 2012

Twenty-three. María

Cris tiene cara de estar harta de toda la situación. Mientras estamos ahí sentados, pienso en el poco tiempo que falta para que One Direction se marchen y, aunque espero que no, se olviden de nosotras. Ha sido genial poder conocer a nuestros ídolos. Maravilloso.
- Tranquila- me dice Liam. Sin darme cuenta he pensado en voz alta-. No me olvidaré de ti. Ni de ninguna de vosotras.
Eso me hace sonreír. Liam es quizá el que más se ha relacionado siempre con las fans, el que más aprecio nos tiene. Me encanta.
Ya llevamos mucho tiempo en el hotel, y la hora de irnos se acerca. Es muy irreal, no acabo de creérmelo, pero resulta que ya hemos conseguido más que nuestro sueño. No solo les hemos conocido, sino que también hemos conseguido algo más.
Aunque Liam y yo seamos completamente distintos, él me gusta bastante. Los opuestos se atraen, ¿verdad? Igual que Liz y Louis.
Aunque a nadie le hace mucha gracia, tenemos que irnos. Son más de las cinco de la tarde, y mi estómago no deja de rugir. No hemos comido, ni nosotras ni los chicos, a menos que cuente el aperitivo que hemos cogido del bar antes de subir aquí. Me muero de hambre.
Bajamos por las escaleras, para tardar más. Niall le da la mano a Carla, y se alejan de nosotros para hablar. Harry e Inés caminan juntos, pero sin tocarse, aunque les he visto besándose hace un rato. Me doy la vuelta, y veo a Zayn, Cris y Sophie. Los tres parecen evitarse mutuamente. ¿Qué habrá pasado? No soy muy cotilla, pero me interesa. Me doy cuenta de lo extraño que es poder enfadarse con alguien de One Direction, porque quiere decir que le conocemos bastante. Complicado.
Antes de llegar abajo, Liam me aparta de Liz y Louis, con los que estábamos hablando, para decirme algo.
- Quiero que sepas- empieza-, aunque no sé si lo creerás, que no voy a olvidarte. Es más, me gustas, así que pienso seguir llamándote para ver si lo nuestro puede llegar a alguna parte.
Sin darme tiempo a reaccionar, me da un beso fugaz en la mejilla. ¡Qué mono! Sencillo. Sincero. Especial.
- Por supuesto- le respondo-. Nada me haría más feliz. Un momento. ¿Os vais a París esta noche, ¿verdad?
Él asiente, extrañado por mi súbita reacción.
- ¿Y después a Roma?- cuando él asiente, continúo, emocionada por la nueva idea de mi cabeza-. Yo me voy de viaje de final de curso a Roma. Toda la semana. ¿Coincidiremos?
Liam asiente, ahora tan emocionado como yo. No sé si las demás se habrán dado cuenta, pero es cierto. Si vamos toda la semana a Roma, los veremos. Aunque nos escapemos a verlos a París, como teníamos medio planeado. Podemos hacerlo todo. Después hablaré con las demás.
Cuando volvemos donde están los demás, recibo un par de besos de cada uno a forma de despedida. Louis me da un abrazo gigante, muy reconfortante, y cuando me separo me mira a los ojos.
- Me ha encantado conocerte, María.
Sonrío, y entonces Niall me da dos besos, a la forma española. Le veo muy feliz con Carla, y mi amiga está cumpliendo sus sueños más profundos. Con él.
Una vez me he despedido de todos, acabando por el otra vez arisco Zayn, Liam me vuelve a besar la mejilla. Sé que piensa lo mismo que yo, en otro tipo de beso, pero no se atreve a dar el paso. No me conoce. Lo respeto.
Louis me vuelve a mirar, ante la mirada atenta de Liz, no muy agradable. Ella ha conseguido la atención de Louis, está feliz. Celosa.
Cuando todos nos hemos despedido, las nuevas parejas hablado de sus planes, y hemos quedado en Roma, nos vamos, cabizbajas.
Tenemos una nueva amistad con los chicos de One Direction, sus números de teléfono y su promesa de volver a vernos. Ahora vamos a esperar todas, ansiosas, a llegar a Roma.
Nos separamos al cabo de un rato, para volver cada una a su casa. Cuando quedamos Inés, Carla y yo, hablamos de la escapada a París.
- Las demás han dicho que no- dice Inés-. No van a hacerlo, sino a esperarlos en Roma, con la clase.
- Mi madre me matará si se entera- dice Carla. Opino lo mismo.
A pesar de nuestras quejas, del miedo inicial que sentimos, tenemos muchas ganas de marcharnos a París, y tenemos que preparar las maletas esta noche. Mañana por la mañana nos iremos, así como las demás se van a Roma al mediodía. Una nueva aventura. La misma razón: One Direction.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Twenty-two. Cris

Supongo que la cara que se me ha quedado al ver a Sophie y Zayn juntos ha sido épica. Juntos. Porque lo estaban, ¿verdad? Aunque lo hayan disimulado, yo sé ver lo que piensa Sophie. Y sé que, si le pregunto directamente, me dirá la verdad, porque no sabe mentir. Pero no voy a hacerlo.
Siempre he sido bastante tímida, pero hace poco decidí que no lo sería más, no con los chicos. Así que cojo mi orgullo, escondo mi vergüenza y me acerco a Zayn.
- ¿Puedes venir?- le digo. Estoy tan nerviosa que no sé si he pronunciado las palabras o si solo las he pensado-. Necesito hablar contigo.
Él, extrañado, me mira, y asiente. Eso me da la oportunidad de fijarme en su rostro. Sus ojos parecen evaluarme, pero hay un detalle diferente en su cara. Es muy obvio, demasiado, todo el mundo se ha dado cuenta. Tiene los labios hinchados, por los besos que todos sabemos que se ha dado con Sophie. Para que se hinchen así...
Cuando perdemos a los demás de vista, al final del pasillo, me detengo, y él me imita.
- Yo...- empiezo-. Bueno... Solo quería decirte que me gustas mucho, y... bueno...
No me salen más palabras. No sé ni como me han salido las que he dicho. Me arrepentiré siempre. Zayn me mira a los ojos y responde.
- A mí también me gustas.
- No- respondo. La cara que se me ha quedado debe de ser digna de recordar. No consigo asimilar los conceptos-. No me lo creo. No después de lo que has hecho con Sophie... Ella es mi amiga, ¿sabes?
Él me mira con cara de sorprendido, preguntándose como he adivinado lo que ha pasado. Entonces se lleva la mano a los labios, y se ruboriza muy ligeramente.
- Me ha vuelto a pasar, ¿verdad?- me pregunta, sin necesidad de una respuesta.
No quiero que él piense que estoy celosa, aunque mi cabeza me recuerda que eso es exactamente lo que le acabo de confirmar. ¡Me he declarado! ¡A Zayn Malik! Creo que me arrepentiré toda la vida, sino mucho después. Siempre.
No sé de dónde he sacado el valor para hablar. Lo he perdido, y ahora solo pienso en que Zayn tiene que responderme.
- Yo..., ella... Bueno...- su voz tiembla-. Quiero decir... ella sabe que tú me gustas. Lo hemos hablado. Sophie ha dicho que yo no le gusto, pero simplemente... pasó.
No puedo creer lo que dice. Durante el tiempo que le he conocido en persona, lo he estado viendo a él con Sophie, un poco ariscos al principio, pero buenos amigos después. O eso era lo que parecía.
Zayn trata de cogerme la mano, pero no se lo permito. La aparto bruscamente, y fijo la mirada en la pared empapelada de detrás suyo, con la intención de evitarle. Y funciona. Las rayas horizontales de la pared, azules y blancas, me recuerdan a Louis, y eso me hace sonreír.
Zayn intenta que vuelva a mirarle. Cuando no le hago caso, me coge la barbilla con sus largos dedos y gira mi cabeza hacia él. Pienso en cerrar los ojos, pero sería actuar como una niña pequeña. Así que, simplemente, me aparto para marcharme.
- Gracias- le digo-. Ahora me has dejado muy claro como eres en realidad.
Me doy la vuelta y me marcho. Mientras camino hacia donde están los demás, pienso en si estoy enfadada con Sophie. Un poco sí, ya que se acaba de liar con el chico que me gusta a mí, no a ella. ¿O sí le gusta?
Suspiro cuando me siento al lado de Liz. Ella y Louis han estado hablando de algo, y, aunque ella aún sigue roja como un tomate, parece estar acostumbrándose a hablar con el chico de sus sueños.
Carla y Niall se abrazan, hablando en voz baja, igual que Harry e Inés. ¿Por qué a todos les sale a la perfección? A mí, el chico que me gusta, acaba de reconocer que hace apenas cinco minutos se ha liado con una de mis mejores amigas, ¡qué ni siquiera le gusta! Estoy bastante deprimida.
Liz lo nota, y me da una palmada en el brazo. Louis, al verlo, empieza a explicar anécdotas con la intención de hacerme reír.
- ¿Sabes?- me dice-. Realmente me gusta hablar con Kevin. Aunque nunca me responda.
Eso hace que me ría, y a él ya le vale. Liam y María se acercan, sumándose a la conversación. A todo el mundo le hace gracia que Louis explique historias, sobretodo si hablan de Kevin o de las zanahorias. 
Sophie no viene, se queda sola, en el otro sofá. Pero no dura mucho. Un dolor punzante crece en mi pecho cuando Zayn vuelve y se sienta junto a ella.
¿Este va a ser nuestro futuro? ¿Cinco parejas perfectas y una de nosotras sola? La vida es un asco. Lo demuestra incluso cuando conoces a One Direction.

martes, 27 de marzo de 2012

Twenty-one. Inés

Carla y Niall están hablando en susurros, a pocos centímetros el uno del otro, y pienso en que su sueño se hace realidad en cada instante que pasa.
Harry me sonríe, y me coge la mano. Me la aprieta ligeramente, sin apartar la mirada, y yo le devuelvo el apretón. Su sonrisa se ensancha, iluminando sus claros ojos verdes.
Recordando lo que ha dicho antes a Mar, pienso en si es verdad que siente algo por mí. Harry es el más mujeriego de los chicos, así que no quiero correr el riesgo de ser un juego más para él, otra de las muchas fans obsesionadas por las que él se ha interesado durante un tiempo. Yo estoy convencida de que siento algo muy importante, muy fuerte, por él. ¿Me estoy volviendo loca? No sé, pero seguro que si él no me corresponde, sí que lo haré.
- Harry...- empiezo, intentando pedirle respuestas.
-¿Sí?- me mira, sonriente.
Nunca he sido muy tímida, pero me avergüenza decirle a Harry lo que siento o preguntarle a él acerca de eso.
- Respecto a lo que le has dicho a Mar antes...- trato de hablar, pero estoy nerviosa. Él sigue apretando ligeramente mi mano, y eso me reconforta.
Harry se ríe. No es ni una carcajada entera, pero demuestra poca preocupación. Cuando ve mi mirada, deja de reír y se pone serio.
- Iba en serio- dice, al fin-. Es cierto que siento algo por ti.
Me quedo en blanco. ¡Lo ha dicho! Le gusto. De verdad. Mi corazón se acelera.
- Me gustas de verdad- prosigue-. Y voy a hacer lo posible por conseguirte. Pero, claro, si tú no sientes lo mismo, voy a hacer lo posible por hacerte feliz, sea lo que sea que necesites.
Siento la necesidad de corresponderle, de decirle que siento lo mismo, y que la única forma de hacerme feliz es estando con él a mi lado.
- Yo...- empiezo, buscando desesperadamente las palabras para expresar lo que siento. No las encuentro a tiempo, y él malinterpreta mi silencio.
- Lo siento- dice-. No quería ponerte en una situación incómoda- baja la vista al suelo, y evita mirarme a la cara.
-¡No!- digo, desesperada, y le subo la barbilla hacia arriba, forzando que su mirada se cruce con la mía.
Sin pensarlo dos veces, me acerco a él, a su rostro, a sus labios perfectos. Lo último que veo antes de cerrar los ojos son sus labios, abiertos en una sonrisa tímida, antes de juntarse con los míos.
Su contacto es dulce y suave, y el espacio entre nosotros se reduce con cada aliento que me quita. Siento como sonríe mientras me besa, y su mano acariciándome la espalda me pone muy nerviosa.
Cuando nos separamos al cabo de unos instantes, Liam silba. María, Cris y él nos están mirando, pero también miran a alguien detrás nuestro. Un poco ruborizada, me doy la vuelta y veo a Carla y Niall, inmersos en un beso que parece que no vaya a acabar nunca. Niall sigue haciendo cosquillas a mi amiga, y ambos se ríen, sin interrumpir el beso.
Para darles un poco de intimidad, vuelvo mi atención hacia Harry, que me mira, expectante. Mis labios aún sienten el hormigueo del contacto de los suyos.
- Estaba equivocado- me dice, sonriendo emocionado-. Sí que me quieres.
Asiento tímidamente, sin necesidad de palabras. Me coge de nuevo la mano, y me besa la mejilla.
- Inés- me dice, solemnemente-. ¿Quieres salir conmigo?
Pese a que sé que su seriedad es de broma, que le hace tanta gracia como a mí, la forma de expresar lo que siente me llega al corazón.
- ¡Claro, Harry!- le digo, echando mis brazos a su cuello, como en las películas. Ocupamos todo el sofá, y yo acabo tumbada, con Harry mirándome desde encima. Subo la cabeza para besarle de nuevo. ¡No me lo puedo creer! ¡Salgo con Harry Styles! Pero, me recuerdo, sigue siendo un chico, como todos los demás, en el fondo. Como aquél que dejó marca permanente en mi mente...
Pero ahora no tiene que volver a mi memoria. Debo concentrarme en este momento tan feliz que estoy viviendo.
- Temo despertarme y que todo esto sea un sueño- lo digo para mí, en voz baja, sin querer. Se me ha escapado. Nunca digo mis pensamientos. Bueno, sí, pero no si son así.
- Tranquila- me dice Harry, acariciándome el brazo- Puedes pellizcarme, si quieres. Te aseguro que soy real.
Vuelve a sonreír. Es tan... perfecto. Sus ojos verdes me miran, como si pudieran leerme el pensamiento. Sus labios dejan de sonreír, pero aún puedo verlo en sus ojos. Siempre están alegres. Son como puertas de su alma.
En ese momento tan perfecto, el silencio, solo interrumpido por los sonidos ligeros de Carla y Niall (¡qué románticos son!), se rompe definitivamente.
Zayn y Sophie aparecen por la esquina, riendo como locos. Me parece ver sus manos juntas por un segundo, antes de que se separen a propósito antes de venir hacia nosotros. ¿Qué habrá pasado?

martes, 20 de marzo de 2012

Twenty. Sophie

Zayn me arrastra hasta el final del pasillo, fuera de la vista de todos. ¿Qué querrá? Sé que confío en él, pero, después de la cara que se le ha quedado a Cris... Ellos estaban teniendo un “momento”, pero Zayn lo rompió. Buff, demasiadas cosas.
Centro mi atención en Zayn, en sus ojos oscuros. Al girar la esquina, entramos en un pasillo de luz tenue. Él se da la vuelta y me sonríe, fugaz. Una sonrisa deslumbrante, que ilumina su rostro por un instante.
- Zayn, ¿qué hacemos aquí?- le pregunto, al final.
Me sorprendo, me quedo sin respiración, cuando desliza su mano cálida por mi cintura.
- Zayn...- empiezo.
- Shhh...- responde, haciéndome callar.
No me siento bien. Él no me gusta, ¿o sí? Una vez... ¿Pero qué estoy pensando? Estoy tan nerviosa por su roce que no pienso con claridad.
Zayn me empuja ligeramente, y noto la pared detrás de mí. Estoy acorralada entre él y el muro empapelado. Mi respiración se acelera, nerviosa.
Noto como la mano de Zayn sube desde la cintura por mi costado, y mi corazón, tonta de mí, se acelera. Acerca su cara a la mía, la distancia se acorta, y mi corazón parece a punto de explotar, de lo rápido que late. Casi no puedo respirar, y todo lo que consigo ver son sus ojos.
Su mano libre se acerca a mi rostro, coge un mechón de mi cabello y lo riza alrededor de su dedo índice, como un tirabuzón. Me quedo sin respiración por un instante que se hace eterno.
Cuando la distancia entre nosotros se reduce a unos milímetros, y puedo sentir su aliento a menta en mi rostro, la parte de mí que se ha quedado embobada recuerda, sin saber cómo, a respirar y pensar con claridad.
La razón vuelve a mí a tiempo para detenerlo.
- Zayn. No- mi negativa hace que pare en seco y se separe de mí.
- Pero... Pensaba que tú...- dice titubeante-, que tú querías...
Me mira, inseguro, y vuelve a acercar su mano a mi cintura. Su sonrisa se ha apagado. Siento un dolor en el pecho, pero sé que lo correcto es apartarme. A mí Zayn no me gusta, me digo a mí misma, él le gusta a Cris. Se lo debo. Es mi amiga.
Cojo la mano que Zayn tiene en mi cintura y la separo de mi cuerpo.
- Zayn, no me gustas más que como amigo- me obligo a decirle. ¿Estoy mintiéndome a mí misma?
Mi lucha interna me pone nerviosa. Nunca antes me había pasado pero, claro, tampoco nunca antes había estado en esta situación. Entre la espada y la pared, casi literalmente.
Él me mira, evaluando con la mirada si estoy diciendo la verdad. Parece que se lo cree.
- Tú tampoco me gustas- dice al fin, impasible.
Intento disimular la sorpresa que siento, pero eso dura poco, ya que lo que empiezo a sentir es... enfado. Aún peor. Yo he pensado que lo rechazaba, y no quería herirle, pero, si él tampoco siente nada, ¿por qué ha hecho todo esto?
Mi rostro debe expresar la pregunta, porque Zayn responde.
- Solo pensé que querías... no sé, un rato...
Se le debería caer la cara de vergüenza por lo que está diciendo. ¿Cómo se atreve? Ahora dejo de sentirme mal, y me siento indignada.
- Increíble- digo-. No sé como le puedes gustar a nadie.
Una vez he dicho lo que pienso, me doy media vuelta y me marcho, dejando a Zayn solo, en medio del pasillo.
Mientras camino de vuelta a donde están los demás, en silencio, me doy cuenta de que, a pesar de todo, sí que me gusta Zayn, más de lo que me pensaba hace unos minutos. Pero, si a Cris le gusta, no debo inmiscuirme. Pero mi corazón duele cada vez más.
Suspiro, y casi doy un salto de la sorpresa cuando dos manos, ya reconocibles, me rodean la cintura, forzándome a dar la vuelta.
Ahora sí que sus labios rozan los míos. Primero suavemente, después más rápido. Cuando paramos a respirar, él, entre jadeos, dice:
- Lo necesito.
 - Yo también- le respondo, casi sin respirar.

Nineteen. Carla

Otro beso en la mejilla. Ni me lo creo. Las cosas van genial con Niall. Sonrío, y me doy la vuelta para mirarle. Sus ojos azules son todo lo que veo, y son profundos como el mar. Me encantaría nadar en ellos, pienso. ¿Pero qué tonterías digo? ¿Así es como se piensa cuando se está...? Enamorada. La palabra me golpea de lleno. No me lo esperaba, pero así es. Es lo único que define cómo me siento.
Las demás expresiones me resultan infantiles y falsas. “Colada” por él. “Me gusta”. ¡Es ridículo! Pero me asusta darme cuenta de lo que ocurre.
Nunca he estado enamorada. No de verdad. Pensar esto me lleva a recordar al chico que... bueno. Él fue el primero. El primer amor, primer confesor, primera persona que de verdad importaba. No pasó nada grave, nada difícil, y yo pensaba que lo nuestro era para siempre.
Pero ahora, con Niall aquí a mi lado, me doy cuenta de que el final de la historia siempre es lo mejor. Porque implica que habrá un nuevo principio, que habrá otra oportunidad para ser feliz. Para ser incluso más feliz.
Porque así es como me siento ahora. Ilusionada. Feliz. Aunque solo le conozco de tres días, lo sé todo sobre él. Un amor que ha ido creciendo a distancia hasta que nos hemos conocido. Estaba escrito.
Y pienso en lo que hablé con Inés y María anoche. Lo de nuestra escapada a París. Puesto que los chicos se marchan a la capital francesa, hemos decidido escaparnos del viaje de final de curso para poder ir a verlos, a darles una sorpresa.
Nuestras madres nunca lo aprobarían, pero, es un gran paso. Inés tiene ya dieciocho, y Liz y Sophie los cumplen en menos de dos semanas. Ya creo que somos mayores para decidir por nosotras, aunque no sea lo totalmente correcto, ¿no? No sé.
Pero los abuelos de Inés viven en París, así que no estaremos completamente solas, y lo pasaremos en grande con los chicos. Es una oportunidad única.
Quiero decírselo a Niall, contarle cuál es nuestro plan, porque confío en él totalmente. Pero otra parte de mí, parecida a la de Inés que no quiere que le cuente a Harry la sorpresa, quiere que Niall se sorprenda tanto como los demás, que esté aún más encantado conmigo porque me haya echado mucho de menos. Que le haga mucha ilusión verme.
Mirándolo ahora mientras él mira hacia donde Inés está con Harry, hablando cogidos de la mano (¡qué monos!), pienso, de nuevo, en lo mucho que lo quiero. De verdad. En serio. No hace falta convencer a nadie de lo que siento, creo que es muy obvio.
Aún distraída con mis pensamientos, no me doy cuenta hasta que es demasiado tarde de que Niall trata de hacerme cosquillas.
- ¡Para!- le digo, entre risas. Él obedece, y me mira con una cara muy seria.
- Quiero algo a cambio- me dice, mirándome a los ojos, muy directo.
- ¿Qué?- no me doy cuenta de lo ingenua que soy hasta un instante después, cuando Niall, mirándome a los ojos, dice lo que piensa.
- Un beso de verdad- y se me acerca, poniendo una mano en mi cintura y sonriendo tímidamente.

lunes, 19 de marzo de 2012

Eighteen. Liz

Veo como Sophie se aleja con Zayn hacia el final del pasillo, y luego giran a la derecha. ¿Qué estará pasando entre ellos? A Sophie no le gusta, me lo hubiese dicho, lo prometió. Prometió decirme quién le gustaba. Siempre.
Han desaparecido al final del corredor, y pienso en qué pueden estar haciendo. No conozco al verdadero Zayn, solo sé las cosas que sabemos las fans. También sé que el auténtico Zayn no tiene por qué ser como yo, como todas le habíamos imaginado, así que pienso en Sophie y en él, y varias imágenes me pasan por la cabeza.
Pero él no haría eso, ni nada que pudiera perjudicar a ninguna de nosotras. Confío en él. Y sé que Sophie también. Sé que ha estado hablando con él muchas veces desde que le conocemos, y que confía en él como nadie, aunque, según lo que me ha contado, él no está tan dispuesto a “desnudar su alma” para ninguna fan, como dejó claro el primer día, al no dignarse a dirigirnos la palabra e intentar evitarnos.
Niall vuelve a besar a Carla en la mejilla, y ella sonríe, encantada. Se queja de que a ella no le ocurre nada interesante, pero ella es la que se pasa el día recibiendo caricias y besos de Niall Horan. ¿Quién se queja?
Juntos, se sientan en uno de los sofás que hay en el pequeño salón privado, y Carla pregunta a Niall dónde está su manager, que no sea que vaya a salir de un momento a otro.
- No creo que esté aquí- le responde-. Tenía que preparar nuestro viaje de esta noche, así que se ha marchado justo después de la firma de discos. ¿No le habéis visto?
- No- responde mi amiga. Yo me encojo de hombros ante la mirada de Niall. 

Veo a Louis hablando con Liam y María, mientras que Cris se ha quedado donde estaba antes, hablando con Zayn, y tiene cara de que le hayan hecho algún desaire. ¿Qué habrá pasado? María parece muy cómoda con Liam y Louis, no muestra ningún signo de timidez.
Mirándola a ella y a Liam, que le dedica toda su atención, pienso en lo poco que se parecen. Ella es extrovertida y alocada, mientras que él aparenta casi todo lo contrario. Pero claro, yo no conozco tan bien a Liam como para decir cómo es realmente, a pesar de lo que sé como fan.
Louis, al contrario, se parece un poco a ella, y eso hace que estallen los celos en mi corazón. Las miradas que da Louis hacia donde yo estoy cada pocos segundos tampoco ayudan a que me sienta más calmada, pero sirven para atenuar los celos. Eso quiere decir que, a pesar de que no haya hablado con él tanto como me gustaría, me está prestando atención.
Louis se levanta del sofá, ante la mirada atenta de María, y se me acerca. Me pongo nerviosa, con los nervios a flor de piel, así que trato de desviar ligeramente la vista. Cris, con cara de enfado, se sienta en el sofá, junto a Liam y María. Mientras pienso qué puede haber pasado para que se enfurruñe de esa manera, siento una presencia a mi lado.
- Hola- me dice Louis al llegar hasta donde estoy.
- Hola- respondo. ¿Pero qué hago? No puedo limitarme a repetirle o a hablar con monosílabos.
- ¿Lo pasas bien?- me pregunta, y por un momento pienso que está igual de incómodo que yo porque, en serio, ¿qué pregunta es esa?
- Sí- me regaño a mí misma por el monosílabo. ¡Qué tonta soy!- Tampoco no hay mucho que hacer ahora- en cuanto lo digo me arrepiento-. Salvo charlar con vosotros, una oportunidad única en la vida.
He tratado de arreglarlo, pero lo único que hago es estropearlo aún más. Louis parece saber lo que pienso porque sonríe, dándome ánimos para que continúe hablando.
- Me gusta como hablas- me dice. Y ahora es él el que se ruboriza hasta la raíz del pelo. Nunca le había visto ruborizarse. En ninguna entrevista, ningún video de los millones que he visto en internet-. La forma de expresarse.
¿La forma de expresarse? ¿Quién dice eso? Me ruborizo, y pienso en cómo puede decir eso, si apenas me he dignado a hablar, de la vergüenza y emoción que siento, todo a la vez. 

Ambos nos damos cuenta de que lo único que hacemos es estropear la situación con cada cosa que decimos, así que nos quedamos en silencio. El tiempo paso, los segundos se suceden, y permanecemos callados.
Le miro a los ojos. ¡Qué verdes son! Noto que los colores me suben a la cara, y entonces, cuando me empiezo a preocupar por qué decir a continuación, algo que no sea una tontería, Louis dice una para romper el hielo. Y funciona.
- ¿Te gustan las zanahorias?- me quedo atónita, y no puedo evitar echar una carcajada.
Él sonríe. Todos nos miran, pero no puedo dejar de reír. Entre risas, le respondo que sí, que me gustan mucho.
- Genial- me dice en voz baja, para que no nos oigan los demás-. Porque sería muy extraño que me gustara una chica a la que no le gustan las zanahorias.

domingo, 18 de marzo de 2012

Seventeen. Cris

Me he quedado atónita al oír a Harry. Por lo que se ve, Inés también, pero lo demuestra de otra manera, mirando a Harry con asombro, embobada. Él le corresponde con una sonrisa sincera.
Harry le coge la mano a mi amiga y salen del edificio por la puerta acristalada. Los demás permanecemos donde estábamos, aún sin saber cómo reaccionar.
-Deberíais ir a recoger vuestras cosas- dice Niall, que ha recordado cómo se habla.
Todas asentimos, y Carla le grita a Inés por la ventana que la espere, que le traerá sus cosas. Emprendemos el camino hacia la clase, que, por suerte, encontramos abierta. No muchos profesores del instituto nos la hubieran abierto si ése no fuera el caso.
Cogemos las mochilas rápidamente, pues falta poco para que suene la campana que indica el final del descanso y no queremos que nos encuentren aquí. Mar puede seguir haciendo preguntas.
Como los chicos nos están esperando, nos damos prisa para salir de allí, sin dar crédito todavía a que nos hayan venido a buscar para pasar el día con ellos. Su último día.
Por suerte para nosotras, no harán nada en clase que nos perdamos, ya que el miércoles marchamos de viaje de final de curso, a Roma. Estamos todas muy emocionadas, pero conocer a One Direction lo es aún más.
Cuando por fin salimos a la calle, saltamos de emoción, y los chicos nos miran con cara rara. ¡Qué vergüenza!
El coche de Louis y el de Liam nos esperan, aparcados en la calle. Han sido inteligentes en alquilar dos coches que no llamen mucho la atención, porque si no, todo el día estarían siendo perseguidos por las fans locas, entre las que no me incluyo.
Me subo con Sophie, Zayn y Liam en el coche de este último, kientras que los demás van en el de Louis. Nos llevan al hotel, donde llegan tarde a la firma de discos. Las fans que han conseguido saltarse el instituto para ir estarán impacientes, yo lo estaría.
Cuando llegamos al hotel, acompañamos a los chicos un poco, pero nos ponemos a la cola como las demás, para que nos firmen el disco. Claro, yo también lo quiero tener firmado, y, si ya me he saltado clase...
Inés parece seguir en su nube, ya que le ha dado la mano a Harry mientas veníamos, o eso me ha contado Liz, y los dos hacen de enamorados de película. Claro, como se podría decir que Harry ya se le ha declarado...
Zayn, en cambio, ha permanecido todo el rato cerca de Sophie, incluso aunque ella no le haya dicho nada en todo el rato. En una parte no tan profunda de mí, los celos empiezan a asomarse a la superficie. Yo pensaba que ella no estaba interesada en él, pero ahora... ¿Se hace la difícil? No sé que pensar, pero es mi amiga, cuando le ocurra algo, nos lo dirá a todas, ¿no?
-¿Qué tal, Inés?- le pregunta Carla cuando por fin estamos solas, aunque rodeadas de chicas gritando como locas-. ¿Vas bien con Harry?
Inés sonríe, emocionada. Se la ve encantada con Harry ahora, pues el principio había estado ligeramente celosa de Carla por la atención que él le prestaba. Pero eso ya estaba olvidado, ¿no?
Cuando acabamos la cola y llegamos hasta ellos, nos sonríen. Harry mira a Inés y se ruboriza. Louis ríe. Seguro que están pensando en las palabras de Harry antes. No sé si ha hablado con Inés, pero ésta seguro que piensa lo mismo, aunque no haya dicho nada.
Nos firman los discos y, después de todo lo que hemos pasado los últimos días, no saltamos de alegría como si estuviéramos locas. Simplemente, creo que, de todo lo que nos ha ocurrido, una firma es menos importante que no conocerlos de verdad.
Pero esta tarde se acabará. Se marchan a París. Y después a Roma. ¿Cómo no se me ha ocurrido antes? El viaje de final de curso es en Roma. Y es una semana. Seguro que volvemos a coincidir con los chicos. ¡Los volveremos a ver en cuatro días! Después se lo comentaré a las chicas.
Cuando acaba la firma de discos, y los chicos consiguen que las demás fans se marchen, aunque algunas a regañadientes muy obvios, nos invitan a subir con ellos a sus habitaciones, al piso de arriba de todo del hotel.
Niall se acerca a Carla, y le dice algo al oído, que hace que mi amiga sonría y se ruborice. Harry ha vuelto a darle la mano a Inés, y María ha emprendido una conversación con Liam. Subimos en el ascensor todos juntos, un poco apretujados.
Llegamos arriba, y podemos ver, en la esquina del pasillo, una especie de salón privado donde se juntan diversas habitaciones. Seis. Una pertenece a cada chico y la otra...
-Es de nuestro manager- dice Zayn, al interrumpir mi mirada. Le sonrío como respuesta y él, para mi sorpresa, también lo hace. Tiene una sonrisa preciosa. Es como un tesoro escondido que acaba de revelarme. Me siento como si tuviera alas, y solo por una sonrisa... Me estoy volviendo loca.
Me suben los colores a la cara, y eso hace que Zayn ría incluso más. Pero entonces yo no sé que decir, me da miedo estropear el momento, y eso provoca que Zayn se de la vuelta, quitándome la oportunidad, para hablar con Sophie, a la que coge del brazo y le susurra algo al oído.
Me siento como si me hubieran tirado un cubo de agua fría por encima.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Sixteen. María

Me despierto con el sonido del despertador. ¿Por qué he de ir a clase? Pero es lunes, y no hay otra opción. Estoy cansadísima, pero tengo que ponerme en marcha, por mucho que quiera quedarme en la cama todo el día o, mejor aún, quedar con los chicos de nuevo.
Me visto y me peino antes de bajar a desayunar. Doy un beso a mi madre, que me espera en la cocina con mi perrita. ¡Qué mona es! Anoche se acostó en mi cuarto, pero debe de haberse despertado antes que yo.
Después de comer algo, mi madre me lleva a clase, no sea que llegue tarde el lunes. Me encuentro a Carla y Cris a la entrada. Nos saludamos, y veo que ellas siguen pensando en los chicos, igual que yo.
Esta noche he soñado con Liam. Sus cálidos ojos ocupaban mi campo de vista, pero entonces, de repente, se volvían verdes, y, al alejarme, veía que pertenecían a Louis. De la impresión, me he despertado. ¿En qué estaré pensando? La respuesta es fácil. En Liam, sus ojos, su pelo, la peca de su cuello... No en Louis, ¿verdad?
Llegamos a clase de las primeras, y nos sentamos encima de las mesas a hablar antes de que llegue todo el mundo. Las emociones del fin de semana han sido demasiado para nosotras.
La primera clase transcurre sin interrupciones, solamente alguna llamada de atención a alguna de nosotras que sigue en la luna, pensando en la oportunidad que hemos perdido con los chicos.
Segunda hora. Más aburrimiento. Veo a Carla girada, hablando con algunos chicos y riendo. Le van a llamar la atención en tres, dos, uno...
- Carla, silencio- dice la profesora, mirándola atentamente.
A la hora del descanso por fin conseguimos escapar un poco de la rutina, y nuestra sorpresa es aún mayor cuando oigo nuestros nombres por el interfono. Hace algún tiempo, se decidió poner un interfono, como un megáfono, para poder llamar a los alumnos desde secretaría sin tener que ir a buscarlos, y una de las mayores vergüenzas es que te llamen por ahí. Qué corte.
Todo el mundo nos mira, y veo a Sophie ruborizarse mucho. Pero llegamos hasta secretaría.
Nuestra sorpresa es mayúscula cuando vemos por qué nos han llamado. Nos han venido a recoger. Pero no nuestros padres.
-¡Sorpresa!- me dice Liam al oído, acercándose.
Niall besa a Carla en la mejilla y cuando Harry se acerca a Inés para saludarla, Mar, una chica de nuestra clase, entra en escena.
Mar es la típica chica que atrae toda la atención de los chicos de nuestro alrededor, pero que parece necesitar aún más. Según ella, vive por One Direction, así que cuando entra y los ve, su primera reacción es pegar un grito. Pero después se recupera ya que, como todas, piensa en lo que pueden pensar los chicos de una fan loca.
Siempre le ha gustado Harry, así que se le queda la boca abierta cuando ve a Inés con él, hablando en un rincón. Se han separado al oír el grito, pero siguen separados del resto. Mar se acerca a toda prisa, y aparta a Inés de un empujón.
-¡Eh!- grita mi amiga, sin duda molesta por lo que pasa.
Y, sin más, Harry y Mar empiezan a hablar, pero, mientras que ella intenta de todas maneras llamar su atención y flirtear, él no hace nada más que dejarle muy claras las cosas.
- Perdona, pero ya he conocido a alguien- dice mirando a Inés. Ésta se ruboriza un poco-. No estoy interesado en chicas que se tiran al primero que les pasa por delante, y menos si ése soy yo.
A Mar se le cae la cara de vergüenza. Seguro que desea que la tierra la trague, porque Harry sigue hablando, para deleite de Inés. Los demás miramos, sorprendidos por todo esto.
- Quiero que quede claro, y puedes contárselo a todas las chicas como tú- prosigue Harry-. Que ahora he encontrado a una chica que me gusta y no dejaré escapar la oportunidad. Hacerlo sería una tontería.
Y sin más, coge a Inés del brazo y sale por la puerta, hacia la calle. Todos los miramos, atónitos, y vemos como Mar, enfurruñada, sale a toda prisa de la secretaría por la otra puerta, de vuelta al colegio.

martes, 13 de marzo de 2012

Fifteen. Inés

Harry me coge en brazos y me tira al agua. ¡No puede ser! ¿Cómo se atreve? ¡Qué fuerte! Está helada, completamente fría, y parece que la luz del sol de todo el día no la ha calentado lo suficiente.
No puedo soportarlo más, así que me pongo en pie y, sacando las fuerzas de algún lugar desconocido, tiro de Harry hacia mí, provocando su caída en el agua, a mi lado.
Los demás se acercan, muertos de risa, así que Harry y yo nos vengamos, lanzándoles agua helada. Todo acaba en una pelea de agua, y acabamos empapados, en el mar hasta la cintura. Aún son las tres y algo de la tarde, así que decidimos pasar un rato relajándonos en la arena cuando salimos. El problema es que no tenemos ropa seca, así que hay que esperar a que deje de estar húmeda. Mucho rato.
Pero el sol calienta bastante, así que, al cabo de un poco más de media hora, se seca lo suficiente como para poder andar.
Caminamos por ahí, buscando un taxi. De repente, oigo un grito. Me soy la vuelta a toda prisa, y veo a Sophie chillar, y a un hombre arrebatarle el bolso y salir corriendo. ¡Se lo ha robado! Pero eso no es lo que me sorprende más. Zayn sale corriendo detrás del ladrón a toda prisa, como si él fuera el perseguido. Todos empezamos a ir tras él.
Cuando giramos la esquina, vemos a Zayn y el ladrón pelearse. El bolso ha quedado olvidado en el suelo, y Louis se acerca para recogerlo, con cuidado.
Harry, por otro lado, se mete de lleno en la pelea para ayudar a su amigo. Eso debe de hacer cambiar a Louis de opinión, porque se acerca al grupo para separarlos.
Zayn pega un último golpe al ladrón, que sale corriendo, sin el bolso, pero con unos cuantos moratones. Después vuelve hasta donde estamos los demás, seguido por Harry y Louis, que le preguntan si está bien.
Cuando llega, Cris y Sophie se acercan, preocupadas, preguntándole insistentemente cómo se encuentra. La camisa blanca que lleva se le ha desabrochado un poco por la parte de arriba, y Cris se apresura a abrocharla, con movimientos lentos, mientras no deja de mirar a Zayn. Él le devuelve la mirada, un poco sorprendido al principio, pero con una sonrisa sincera después. Sophie interrumpe, dando las gracias a Zayn por rescatar su bolso, y se acerca a los demás.
Seguimos caminando un rato, aún hablando de lo que ha pasado en el callejón. Cada una se ha acercado a su héroe. Zayn recibe las atenciones de Cris, mientras que yo me acerco a Harry para felicitarle por su valía. Louis está hablando con Liz y María, mientras que Carla está con los que se han abstenido de formar parte en la pelea, Niall y Liam. Más listos.
De nuevo cogemos taxis para visitar otras obras de Gaudí, como el Parque Güell y la Casa Batlló. A los chicos de One Direction les gusta este tipo de edificios, peculiares, ya que no los ven en su país.
- Una de las cosas que más me gusta de la gira- dice Liam-, es poder visitar países en los que seguramente no habría estado. Me encanta ver lugares diferentes.
Louis asiente, de acuerdo con las palabras de su amigo. Seguimos paseando por los monumentos más emblemáticos, hasta que se nos acaba el tiempo. Hacia las nueve de la noche, nos despedimos en la estación. Los chicos se quedan en Barcelona ciudad, para volver al hotel, mientras que nosotras nos subimos al tren para volver a casa. María se va a casa de Carla, porque su madre está allí esperándola.
Espero que la mía no me diga nada por la hora, ya que Kate suele llegar más tarde, sobretodo últimamente.
Van pasando las paradas, y cada una se baja en la suya. Carla y yo nos bajamos las primeras, aún comentando todo lo que ha pasado hoy. Mi pelo sigue húmedo, al contrario que el de las demás. ¿Por qué? Ni idea. Nos despedimos, pero hemos quedado para hablar en una media hora, para decidir qué hacer mañana.
Llego a casa, y mi madre no ha llegado aún. Tenía que ir a algún sitio, así que la esperaré. Me siento en el sofá, y veo que están dando una película de domingo.
Cuando por fin entiendo la película, suena mi teléfono. Un WhatsApp de Carla. Dice que la idea principal es escaparse de clase por la mañana. Pero todas sabemos que Liz, por ejemplo, va a oponerse, y quizás Sophie. Yo me escaparía sin pensarlo, pero no es el caso.
La mejor opción es pedir permiso, pero es poco probable, por no decir imposible, que alguna de nuestras madres acceda. Imposible.
Después de mucho hablar y discutir, no se nos acude nada más que hacer que llamar a los chicos. Me toca a mí. Decido llamar a Harry.
- ¿Harry?- digo, titubeante.
- ¿Inés?- pregunta él, a su vez.
- Hola- respondo-. Solo te llamaba para decirte que, respecto a lo de mañana, no creo que podamos ir. Tenemos clase, y no vamos a poder escapar de allí.
Mi voz sale un poco triste, ya que tenía muchas ganas de volver a quedar con ellos. ¡Nos han invitado a su hotel! Es genial, y me sabe muy mal perdérmelo.
Pero Harry, por lo que se ve, tiene otra idea.
- ¿A qué colegio vais?- me pregunta. Eso me sorprende, porque no pensaba que les interesara. Todos ellos han acabado ya el instituto, y seguro que piensan que somos niñas pequeñas.
Pero le respondo, y también a otras preguntas que me extrañan. Pero bueno, he caído en su hechizo. Hablamos un rato después de eso, de lo bien que lo hemos pasado hoy y de que seguramente no nos volveremos a ver, si no o hacemos mañana. Pero nos despedimos, prometiendo llamarnos algún día.
Justo después de colgar, llamo a las chicas, para quejarnos juntas de no poder ver a los chicos del grupo mañana. Cada una lo lamenta especialmente por alguno de ellos. Pero al final colgamos, quedando en vernos mañana.
Después de cenar, cuando por fin me tumbo en la cama, muerta de cansancio, el móvil suena por última vez. Un mensaje.
Buenas noches. Lo he pasado genial, y, aunque no lo creas, nos veremos pronto. Muy pronto. H.S.

La foto de unas rosas acompañaba el texto. Sonrío y me muerdo el labio, emocionada.

Fourteen. Sophie

- ¿Por qué mientes?- le hago la pregunta a Zayn, ya que no puedo aguantar más.
Nos hemos separado del resto, aunque Cris no deja de mirarme desde la distancia. Me siento vigilada e incómoda, ya que Zayn no hace nada para demostrar lo contrario.
- No te importa lo que yo piense, lo que pase por mi cabeza- me contesta él, bruscamente. ¿Qué se cree?
- Lo siento. Solo trataba de ayudar, y de veras me gustaría conocerte- le digo, tímidamente. Sus ojos se abren más, mostrando un color oscuro y perfecto, que parece muy profundo y cálido.
- Perdona- me dice, volviendo la vista al suelo. Se queda callado durante mucho rato, y yo no quiero interrumpir su silencio, así que seguimos andando, sin hablar.
Al poco rato, los demás se detienen, esperándonos. Inés, Carla, Harry y Niall siguen hablando de los conciertos y las fans, mientras que Louis, Liz y los demás explican algún chiste. ¿Cómo pueden hacerlo, si cada uno tiene los de su propio país? Extraño, pero supongo que siguen haciendo gracia.
Ya es casi mediodía, y no hemos tenido tiempo para hacer nada, aparte de pasear por las Ramblas. Rápidamente, cambiamos de planes, ya que queremos enseñarles la Sagrada Familia y otras obras de Gaudí, un famoso arquitecto que construyó bastantes edificios en la ciudad catalana.
Decidimos coger un par de taxis para llegar hasta la plaza de la Sagrada Familia, porque no cabemos todos en uno, y estamos bastante cansados para caminar tanta distancia.
Acabo sentada entre Louis y Niall en la parte trasera de uno, donde nos hemos metido apretujados, junto con Liz y Zayn, que ha conseguido ir delante. Los demás van en el otro vehículo, muy apretados, ya que es casi imposible que quepan. Pero no vamos a pagar más taxis, por muy mal que nos miren los conductores. Como nos pare la policía... Nuestras madres nos matan, literalmente, creo.
La Sagrada Familia les encanta. Hace mucho tiempo que yo no voy a verla, desde que salió en las noticias que, por fin, después de más de un siglo de construcción, estaba terminada. Fui con el colegio, a ver el resultado final de la obra de Gaudí. El pobre arquitecto murió atropellado por un tranvía cuando estaba empezando la construcción de esta iglesia, ahora consagrada por el Papa. Pero eso no les importa mucho, como mínimo, no a todos.
Damos una vuelta a la plaza y después entramos dentro. Ya no me acordaba de su interior, y observo mi alrededor igual de asombrada que los chicos de One Direction.
Pasamos el tiempo así, haciendo turismo como otras muchísimas personas extranjeras. Hacia las doce y media, los chicos dicen que tienen hambre, pero nosotras no estamos acostumbradas a comer tan pronto, así que tratamos de alargarlo un poco, andando hasta el paseo marítimo.
Caminamos por ahí, observando la playa y riendo, pasándolo en grande. Decidimos comer allí, mirando la playa.
- Deberíamos pedir una paella- me hace reír como Niall pronuncia la palabra-. Está realmente buena. La he probado varias veces.
¡Es verdad! Niall viene bastante a España. Tiene una casa en Alicante, creo. Seguro que Carla lo sabe, después se lo preguntaré.
A pesar de que nos reímos todos cuando pronuncian “paella”, decidimos pedirla, y, como tardan tanto en el restaurante, nos hacemos fotos mientras esperamos. Ahora sí que hace mucho sol, y calor, así que las gafas de sol quedan geniales. Inés lleva sus Ray-Ban nuevas, y le quedan genial. Louis está tan animado que se quita las suyas, y me las da.
- Pruébatelas- me dice-. A ver cómo te quedan.
Me las pongo, ya que me encantan, y miro a mis amigas. Se ríen de mí, aunque tratan de evitarlo. Seguro que me quedan fatal, yo y las gafas de sol... Como que no. No me veo... normal.
Me siento en frente de Louis, con Carla y Harry uno a cada lado. La tensión permanece en el aire, aunque cada uno está charlando con la persona a su otro lado, en este caso Niall e Inés, respectivamente.
Miro hacia delante, y hablo con Louis durante toda la comida. Un par de asientos a su derecha, Zayn está animado, hablando con Cris sobre la paella que comemos. Ella se lo come con los ojos.
- Me encanta este plato- repite Niall por enésima vez. Nos ha quedado muy claro que le apasiona la paella, y Louis también lo ha dicho un par de veces.
Cuando acabamos, los chicos dan las gracias al dueño del local, que nos viene a recoger la cuenta, pagada, después de mucho insistir, por Louis y Harry a medias. Sigo sin estar de acuerdo.
Paseamos durante un buen rato, y vamos al Puerto Olímpico. Los chicos observan todo con curiosidad, como verdaderos turistas extranjeros.
Una vez entrada la tarde, decidimos que quedan muchas cosas por ver, así que queremos darnos prisa. Mientras lo discutimos, suena un teléfono.
- ¿Sí?- contesta Louis. Se aleja un poco para hablar, y vuelve al cabo de unos minutos, atento a nuestras miradas curiosas.
- Cambio de planes- dice a los chicos, no muy alegre-. Nos marchamos mañana por la tarde, no dentro de tres días, como estaba planeado.
- ¿Continuáis la gira?- pregunta Inés a Harry-. ¿Adónde vais?
- A París- responde él.
¡Qué bonito! Yo también quiero ir a la ciudad de las luces y el amor... Pero con un chico... Sería muy especial.
Los chicos nos dicen lo mal que les sabe tener que irse tan pronto.
- Nos gustaría poder conoceros mejor- dice Niall, mirando a Carla-. Parecéis... muy simpáticas y dignas de conocer- acaba ruborizándose ligeramente.
- Ya... a nosotras también nos gustaría- dice Cris, en voz baja.
Caminamos un poco hacia la playa, de vuelta. Decidimos ir por la arena, y nos sacamos los zapatos para caminar más cómodamente.
- Una idea- dice Louis-. ¿Qué os parece pasaros por el hotel mañana? Tenemos una firma de discos a las diez, pero hacia las once tenemos libre.
Todas asentimos, emocionadas, aunque entonces nos damos cuenta de algo. Es lunes. Y eso quiere decir que hay clase. Mala idea.
Pero no decimos nada a los chicos, esperamos poder resolverlo solas.
- ¿A quién le apetece un chapuzón?- dice Harry, divertido.
- Estás de broma, ¿verdad?- dice Inés. 
Pero Harry no parece estarlo, ya que, repentinamente, la coge en brazos y la lleva hasta la orilla, donde, sin que Inés deje de gritar, la tira al agua.

lunes, 12 de marzo de 2012

Thirteen. Carla

Cuando llegamos a la altura de los chicos, me hace reír que todos lleven unas gafas de sol. Harry, con sus rizos ondeando al aire, me mira, o eso creo yo, ya que no consigo distinguir sus ojos. Al cabo de unos segundos, gira la cabeza y se pone a hablar con Inés.
Niall me sonríe, y se saca las gafas para saludarme. Me sonrojo, pero no me da tiempo a decirle nada, porque unas chicas que pasean por la calle pegan un grito bastante alto.
Niall se vuelve a poner las gafas a toda prisa, pero ha sido una falsa alarma. No los han reconocido, aquella chica simplemente estaba un poco loca. Niall respira aliviado, no quiere tener que correr, aún es muy pronto.
Recuerdo el beso que me dio ayer en la mejilla, y me pongo más nerviosa. Veo que él entiende lo que pienso, veo la intención, pero no hacemos nada y saludo a los demás. Harry me responde educadamente, aunque reticente a mantener una conversación, y Louis me da un abrazo, cosa que me sorprende. Se lo da a todas, y algunas se ruborizan más que otras.
Como ya hemos hablado de todo lo que vamos a hacer, no hay nada que discutir y empezamos a hablar hacia las Ramblas.
- Tenéis que ver las estatuas vivientes- dice Cris, mirando a los chicos.
- ¿Qué son, exactamente?- le pregunta Liam. Cris emprende una explicación exhaustiva sobre la gente que se pone en la calle a hacer de estatua. Hay algunas realmente extrañas.
Caminamos unos minutos hacia las Ramblas, y allí los chicos empiezan a observar fijamente a un hombre disfrazado completamente de dragón. Está lleno de escamas doradas, y completamente quieto, como una verdadera estatua. Siempre me ha parecido fantástico el realismo que le ponen a sus personajes, y el talento que deben de tener para quedarse tan quietos. Es impresionante.
Niall, encantado, se saca algunas monedas del bolsillo, y se acerca al hombre-dragón con la intención de echárselas. En cuanto la moneda toca el fondo del bote metálico, el hombre- dragón se empieza a mover lentamente, dando las gracias sin palabras y abriendo los brazos, con lo que se despliegan las alas doradas. Ahora sí que es impresionante, con todos los reflejos de la luz del sol.
Seguimos caminando un buen rato, con calma, observando cada una de las figuras. Niall está encantado, y va echando monedas a todas las estatuas.
- Deja de echarles dinero- dice Louis, muerto de risa-. Son los únicos euros que tenemos.
Niall se encoge de hombros, diciendo que, si les da dinero a algunos, debe darles a todos. Pero Louis le coge el brazo y tira de él hacia delante, sin pararse en cada curiosidad que ve.
Zayn camina al final del grupo, silencioso como ayer. No entiendo nada, pero se ve que Sophie es lo suficientemente valiente como para acercarse a hablar con él, ante la atenta mirada de Cris. Yo creía que le gustaba Louis, pero ahora, ¿también Zayn? No entiendo nada.
Seguimos andando durante un buen rato, los chicos escondidos tras las gafas de sol. Niall se acerca a mí, sonriente.
- Hola, Carla- me dice, alegre.
- Hola. ¿Ya te has cansado de dar dinero, o es que Louis te lo impide?
Niall se ríe, y se encoge de hombros. Empezamos a hablar de lo que nos rodea, y de cómo es su vida ahora que tiene que llevar gafas de sol para ir por la calle.
- En casa no lo hago- me dice-. Todo el mundo nos conoce, y nos tratan bien.
- Hablamos mucho con las fans- dice una voz detrás de mí.
Me doy la vuelta, aunque sin dejar de caminar. Casi me caigo cuando veo a Harry. Me quedo mirándolo, y entonces sí me quedo quieta. Tardo en darme cuenta que Inés va a su lado, y que intentan juntarse a nuestra conversación. Louis, Liam, Cris, Liz y María se han alejado un poco, y están comprando algo para beber en un quiosco cercano.
- Habladnos de las fans- les pido a Niall y Harry-. Sois unos de los pocos... cantantes reconocidos que se relacionan tanto con sus seguidores.
- Sí, es genial- corrobora Inés
.

domingo, 11 de marzo de 2012

Twelve. Inés

Paso la noche en vela, pensando en Harry, y en lo tonta que soy en pensar que puede pasar algo con él. Una parte de mí piensa que no puede ser cierto; otra, la que se parece a María, dice que yo soy maravillosa, genial, y que a él le gustaré como soy; pero otra, la pesimista, dice que a Harry le interesará más Carla, aunque a ella le guste Niall, porque las cosas son siempre así.
Pero el futuro no está escrito, como dicen, y nosotros siempre podemos decidir nuestro destino. Buf, parezco... aburrida y pensativa.
Cuando por fin suena el despertador, no llevo ni dos horas durmiendo. Estoy hecha polvo, pero debo vestirme para coger el tren a tiempo. Abro el armario, pensando en qué ponerme. Después de mucho pensar, mirando el tiempo que hace en Barcelona por internet, me pongo unos pantalones cortos con la camiseta nueva que compré el otro día con Carla. Tiene la bandera del Reino Unido dibujada delante, con algunos elementos típicos del país. A los chicos les gustará ver su bandera, ¿verdad?
Me maquillo bastante, intentando quedar muy bien, pero sin ser exagerada. Mi madre sigue durmiendo, así que no quiero despertarla. Anoche hablamos de que mis planes para hoy, aunque sin ser demasiado específica, así que cojo las llaves de casa y el dinero, y las meto en el bolso nuevo. Cierro la puerta de casa sin hacer ruido, y empiezo el paseo hasta la estación.
Mientras camino me como una de las barritas de cereales que he cogido de casa antes de salir. A pesar de lo que pueda parecer, no me quedo con hambre. Anoche cené pasta, y sigo llena.
Llego a la estación, y, mientras compro el billete, recibo una llamada. Es Carla.
- Hola, Carla- contesto-. ¿Dónde estás?
- Esperando al tren, ¿tú?
Es la única que va a la misma estación que yo, por lo que, si me doy prisa, me encontraré con ella para coger el tren juntas. Corro por las escaleras, y la encuentro sentada en el último banco del andén. Me acerco a ella, y nos saludamos con dos besos.
La observo, y veo que lleva su jersey preferido, el gris con la bandera del Reino Unido. Seguro que ha pensado lo mismo que yo. Espero que los chicos de One Direction no nos digan nada. Pero no le doy mucha importancia, y me siento a su lado.
Empezamos a charlar animadamente sobre lo que haremos hoy mientras esperamos el tren. Siempre van como un reloj, llegando exactamente a la hora prevista. Y ahí llega el nuestro.
Subimos juntas y, puesto que es domingo y pronto, encontramos asientos libres. Cuando vuelvo de clase, cada día, hay muchísimos estudiantes que vuelven a sus casas y, por lo tanto, todo colapsado. Hay mucha diferencia.
Me siento junto a la ventana, con Carla enfrente.
- He tenido una pesadilla- me dice, en voz baja-. Soñé que Niall se reía de mí cuando le abracé. Sé que no ha pasado, que él pareció muy simpático y buena persona, pero... Temo que parezca una fan más, aunque me besara ayer. No sé por qué lo hizo.
La miro, anonadada. Ayer le salió todo perfecto con Niall. Ella y el pequeño irlandés hablaron durante toda la tarde, parecían muy buenos amigos. Y luego el beso... No me atrevo a decirle nada al respecto.
- No te rías- prosigue-, mi subconsciente... Pero no son mis temores, yo no me siento así. Estoy feliz- sonríe, y me río de su expresión. Cuando tiene demasiadas cosas en la cabeza que decir, no puede expresarlo todo y balbucea.
Ahora que lo pienso, Cris debe de estar en algún lugar del tren, así como Liz y Sophie. ¿Y María?
- ¿María está en el tren, también?- le pregunto a Carla.
- No. Su padre iba hoy a Barcelona, así que la lleva hasta Plaza Cataluña. Le hace un gran favor- me responde.
Decidimos llamar a las demás, para ver en qué parte del tren están. Carla llama a Sophie, y yo a Cris. Quedamos en la parte trasera del tren, así no hay pérdida.
Al cabo de un rato aparecen Sophie y Liz, cogidas del brazo y riéndose descontroladamente. Carla y yo ponemos cara de sorpresa.
- ¿Qué os ocurre?- les pregunta Carla.
- Había un chico- explica Sophie entre risas-. Se nos ha quedado mirando un rato, de arriba a bajo.
- Después le ha preguntado a Sophie si tenía novio- prosigue Liz, riéndose-. Era perfecto de altura, por una vez...
Sophie le lanza una mirada de reproche. Se pasa la vida buscando a alguien más alto que ella, pero es una misión casi imposible.
- Pero era horrible- dice Sophie-. Y nos miraba... Era muy poco agradable.
Se sientan a nuestro lado. Al poco rato después, aparece Cris por la puerta del vagón. Nos saludamos con dos besos, y empezamos a hablar de los planes de hoy.
Llegamos a la última estación del recorrido del tren, y subimos las escaleras hasta la calle a toda prisa. María nos está esperando al lado de la farola, y, al fijarme mejor cuando nos acercamos, veo que los chicos vienen por detrás, con gafas de sol. No sé si les molesta tanto el sol porque son ingleses o si las llevan para no ser reconocidos.

Eleven. Cris

A María le suena el teléfono, anunciando que tiene un nuevo mensaje. Todas nos acercamos, curiosas, queriendo saber quién es. Ella se lo mira un buen rato antes de enseñarlo.
María, me ha encantado pasar el día con vosotras. Nos vemos mañana, espero pasarlo aún mejor. Hacía mucho que no pasaba un rato tan estupendo con alguna chica. Liam

- ¡Qué mono!- digo. Todas me miran. Me sonrojo, y veo a María sonreír. Justo ha sonado el teléfono cuando hablábamos de Liam. A María le hace más ilusión de lo que demuestra, seguro. La conozco. Y lo prueba.
- Es... romántico- confiesa lo que piensa. Veo la cara de incredulidad de Liz al oír las palabras de María. No parece ella, es cierto.
Nos damos cuenta de lo tarde que es cuando llegan los padres de Sophie. Le agradecemos la hospitalidad, y cada una llama a sus padres para que la vengan a buscar.
Yo me voy con María, así que espero sonsacarle algo en el trayecto, aunque sin que se entere mi madre. No quiero que me interrogue.
Primero se marchan Inés y Carla que, como viven ambas bastante cerca, se van con la madre de Carla, que viene de hacer la compra. Nos despedimos de ellas y esperamos dentro.
Poco rato después, mientras vemos alguna película de domingo en televisión, llama mi madre al timbre.
- Nos vemos mañana, Sophie, Liz- me despido. María hace lo mismo, y nos vamos.
Salimos de casa de Sophie, y subimos al coche de mi madre.
- ¿Qué tal el día? ¿Qué habéis hecho?- nos pregunta.
Ambas respondemos brevemente, diciendo que “cosas nuestras” y pidiéndole permiso para quedar mañana. Después de mucho hablarlo, hemos decidido quedar en el tren hacia Barcelona. Hemos quedado con los chicos en Plaza Cataluña, a las diez. Así que debemos levantarnos pronto, dependiendo de dónde vivamos, para llegar a la hora. Me despertaré hacia las ocho y media, más o menos, porque si no, no llegaré a tiempo.
Contesto a las preguntas de mi madre evitando una respuesta clara, pero ella es muy insistente. Así que paso y me pongo a hablar con María, en susurros. Después de mucho insistir, ella me confiesa que sí le ha gustado el mensaje de Liam.
- Me ha encantado- dice-. Qué detalle por su parte...
Sonríe. La miro, encantada. Nunca nos ha dicho que le gustara un chico, nunca hasta que llegaron One Direction. Últimamente, ha estado entre Liam y Louis, no decidiendo si le gusta más alguien romántico, sincero y más tranquilo (más o menos lo opuesto a ella) o alguien más divertido, tan loco como ella misma. Pero, ya que ha logrado la atención de Liam al poco tiempo, está eufórica. Me alegro mucho por ella, veo que es feliz. Así que respeto sus pensamientos y también me quedo en silencio, dejándola pensar.
Llegamos pronto a su casa. Sus padres no han podido ir a buscarla, así que mi madre se ha ofrecido. No le importa mucho, si es ayudar... Me despido de ella con dos besos, y quedamos mañana en Plaza Cataluña con todos los demás.
Ella da las gracias a mi madre por traerla y nos dice adiós con la mano. Entra en su casa, y yo me cambio al asiento de delante, ya que me había sentado detrás para hablar con María.
Cuando llego a mi casa, me voy a mi cuarto, donde me tumbo en la cama a pensar. Queda mucho rato para cenar, pero no tengo planeado hacer nada. Saco el teléfono del bolso, le enchufo los auriculares y pongo la música de One Direction. Cuando estoy allí tumbada, tranquila, perdida en mis pensamientos, algo tiene que interrumpirme. Mi madre.
- Cris, ordena la habitación antes de cenar. Esta mañana la has dejado un poco... desastrosa- dice, mirándome fijamente.
Asiento a regañadientes, y desenchufo los auriculares para poder recoger mientras escucho a One Direction. Mi madre pone los ojos en blanco y se marcha, cerrando la puerta tras de sí.
Poco después oigo a mi hermano que llega a casa. Tenía un partido de fútbol con el equipo del colegio. La madre de algún amigo lo habrá traído.
Cuando por fin acabo de ordenar, cantando a plena voz las canciones de mi grupo favorito. Entonces me quedo quieta en el centro de la habitación. “Stand up” sigue su curso, aunque yo me haya quedado quieta. Una idea inunda mi cabeza, emocionándome al darme cuenta de la realidad de la situación.
- ¡Los he conocido por fin!- grito al vacío de mi cuarto.

sábado, 10 de marzo de 2012

Ten. María

Estamos en el salón, hablando de qué haremos mañana. Miro a Inés, que observa a Harry con adoración. Es un poco demasiado obvio, pero él parece disfrutar, correspondiendo a su mirada con una sonrisa adorable. Espero que no sea el tipo de chico que juega con las personas.
Me paso un buen rato hablando con Louis y Liam. Louis es muy simpático y divertido, pero Liam parece sensato y muy agradable. Igual que en mis sueños. Es perfecto, y guapísimo. Le sonrío, atrevida, y él corresponde, aunque un poco más tímido.
El tiempo pasa deprisa cuando lo pasamos bien. Al cabo de un rato, los chicos dicen que tienen que irse. Se disculpan, y dicen que se lo han pasado genial, que esperan repetirlo.
Todas nos levantamos, para acompañarlos a la puerta. La situación es un poco extraña. Carla sigue sin mirar a Harry, no sé por qué. Éste, en cambio, la ha estado mirando bastante rato, pero ahora parece haberse centrado en Inés, que lo mira maravillada. A pesar de todo, Carla parece encantada con la atención de Niall, que no deja de mostrarse amable y simpático.
Zayn ha dejado de mostrarse tan arisco como al principio, pero sigue bastante callado. Evita pasar al lado de Sophie, mirándola de reojo al caminar, o eso me parece a mí. ¿Qué habrá pasado? Están todos muy raros, y tampoco no hemos hablado tanto, ¿verdad?
Cruzamos el jardín hasta la puerta, donde nos despedimos de los chicos. Louis se atreve a darnos dos besos a cada una, al estilo español. Me hace mucha gracia, y me río.
- A ti te hace gracia esto- dice, divertido-, pero vuestro acento también lo es.
Ya. Yo no puedo reírme de él haciendo mis costumbres, y él tampoco de mi acento hablando su idioma.
- Estamos en paz- le digo. Me ha caído muy simpático. Puede ser un verdadero amigo, parece igual de alocado y genial que yo, ideal para pasar tiempo con él. Pero de lo que sí me he dado cuenta es de lo guapo que está Liam desde tan cerca. Hoy lleva el cabello liso, y le queda realmente genial. No sé cómo no me fijé anoche.
Niall se acerca a Carla, despacio, y, sacando valentía de alguna parte, le da un beso en la mejilla, mientras le susurra algo al oído. Carla enrojece rápidamente, pero le sonríe, encantada. Harry, que los mira desde la distancia, ha pasado a un segundo plano, ya que parece alegre hablando con Inés.
Una vez me he despedido de Louis, Niall y Harry, veo a Zayn que se acerca a nosotras. Nos mira.
- Siento mi actitud- dice, muy flojito-. No me he portado muy bien. Espero veros mañana- termina-. Seguro que lo pasamos genial.
Asiente en dirección a Sophie, como si ella supiera algo que los demás no sabemos. Cris le mira sonriente, como si no le importara su actitud. Sigue siendo Zayn, y es especial. ¿Le gusta? No lo sé, nunca nos dice nada.
Le decimos adiós a Zayn, y ya solo queda Liam. Se acerca a mí, y, en susurros, me pide mi número de móvil. Su voz lo hace muy bonito, aunque sea una simple frase.
Me sorprendo un poco, pero trato de que no se me note. Se lo doy, claro está, ante la mirada atenta de mis amigas. Después me interrogarán al respecto, aunque yo a ellas también. A cada una. Hay que dejarlo todo claro.
Cuando vemos a Louis y Harry subirse al coche, mientras los demás se alejan en busca del otro, pensamos que es hora de volver dentro.
- Qué suerte tenemos- dice Carla, en voz no muy alta, expresando lo que todas sentimos mirando a los chicos del grupo.
- ¡Y mañana volvemos a verlos!- dice Cris, emocionada.
Todas sonreímos y volvemos dentro. Mientras recogemos un poco todo, Kate vuelve a la casa. Todas nos asustamos cuando la vemos entrar de repente. Tiene llaves, pero nos ha sorprendido.
- ¿Qué habéis hecho? He visto dos coches alejándose de aquí- nos dice.
- Unos amigos- responde Sophie.
- Pero eran coches alquilados- continúa Kate. No se rinde, quiere saber qué ha ocurrido. Pero nosotras podemos ser incluso más tozudas.
Kate sube al piso de arriba, después de rendirse, para cambiarse antes de que lleguen sus padres. Nosotras nos sentamos a hablar. Cada una tiene que contar lo suyo. Lo que piensa.
- Definitivamente, Harry es genial- dice Inés. Está cada vez más colada por él, se ve a kilómetros de distancia. Y, aunque haya sido Carla la que ha experimentado la descarga eléctrica con él, Harry no ha dejado de prestarle atención a Inés. Y ella está eufórica.
- Pero habla muy rápido- dice Cris. Inés corrobora, pero dice que no es un problema. Que cada vez será más fácil.
Eso me hace reír, porque quiere decir que se está imaginando un futuro. No muy lejano, espero. Inés me da un golpe en el brazo y se ríe, viendo que he entendido lo que piensa.
Carla no dice nada acerca de Harry. Como si no hubiera hablado con él. Ella está muy feliz con Niall. Después de la vergüenza que ha pasado, le ha encantado que Niall no se riera ni le tomara el pueblo. Parece un chico sincero, muy agradable. Y entiende a la gente. Y le ha besado la mejilla. Carla sigue en una nube.
Sophie está pensativa. Nunca ha sido muy habladora, pero ahora está completamente callada.
- Sophie- le digo-, ¿te has vuelto muda?
- No, claro que no- me responde, saliendo de sus ensoñaciones-. Solamente pensaba. Han pasado muchas cosas.
Liz asiente, y me pregunta qué tal con Liam. Trata de hacerlo irónico, pero, por una vez, no me río. Sigo pensando en él. Tampoco he hablado tanto, me digo, la mayoría de rato lo he pasado con Louis. Liam no decía nada, aunque estuviera delante.
Pienso en que tiene mi número de móvil. ¿Para qué lo quiere? ¿Me llamará? Después de todo, ha sido el más lanzado, aunque Louis llevaba hablando todo el rato sin descanso ni timidez. No sabe qué significa ser tímido, aunque quizás yo tampoco.
Cuando me encojo de hombros y digo que no es para tanto, que solo me ha pedido el teléfono, éste suena. Un mensaje nuevo.

viernes, 2 de marzo de 2012

Nine. Sophie

Miro a Liz, y veo que pone la misma cara de sorpresa que yo. Ambas nos miramos atónitas, y observamos como Carla corre hacia Niall. Éste pone cara de sorprendido total, y creo que se queda más atónito que nosotras. Pienso en que Carla se arrepentirá de esto, pero luego.
Niall no puede hacer nada que coger a mi amiga para no perder el equilibrio él también. Liam, a su lado, mira la situación escéptico. No puede llegar a creerse lo que está viendo. Han hablado mucho con Louis, y yo creo que han llegado a la conclusión de que somos personas normales, no fans irracionales que hacen exactamente lo que Carla ha hecho ahora mismo. Nos acaba de destruir las posibilidades de hacernos amigas de One Direction.
Pero Niall no parece pensar lo mismo que yo. Sonríe, y a cogido a Carla de forma que parece que la esté abrazando. ¡Qué mono es! Por eso a Carla le encanta. Pero lo que ha pasado antes con Harry... Ella tiene un lío en la cabeza, aunque ahora que ha conocido a Niall, todas las dudas parecen haberse disipado por completo.
Niall le da unas palmaditas en la espalda a Carla, calmándola un poco, y Liz y yo sonreímos. Quedan muy bien. Se complementan perfectamente el uno con el otro.
Al cabo de unos instantes se separan. Carla tiene la cara completamente roja por la vergüenza. Ya la veo arrepentirse de su acción. Pero Niall continúa sonriendo. Le dice algo a mi amiga y ambos se dirigen hacia nosotras, mientras Liam, Zayn y Louis se reúnen unos metros más lejos.
- Me llamo Niall- dice al llegar a nosotras-. Pero eso creo que ya lo sabéis.
- Yo soy Sophie- le digo-, y ella Liz.
Liz sonríe al oír su nombre. Louis llega, acompañado de Liam y Zayn, y nos presenta a todos. Zayn no muestra ningún signo de reconocimiento, más bien desdén y aburrimiento. No me parece bien, nosotras no hemos hecho nada.
Veo cómo Liz mira a Liam, encantada, cuando él empieza a hablar. Es cierto, su acento es muy bonito. Especial.
Entramos en la casa, y María, Inés y Cris, seguidas de Harry, vienen a recibirnos. Los chicos saludan amablemente, algunos más ariscos que otros.
Las pizzas ya han salido, así que nos sentamos todos a la mesa. Como anfitriona que soy, las corto y las pongo en la mesa. Todos empiezan a comer muy rápido, muertos de hambre. Parece que estos chicos no coman nunca.
Comemos primero en silencio, pero después Harry empieza a hablar sobre la visita guiada que vamos a hacerles mañana, y empezamos a discutir los mejores lugares para ir.
Una vez hemos acabado, empiezo a recoger la mesa, y digo a los demás que no se molesten. Pasan de nuevo al salón y se sientan. Liam saca su teléfono del bolsillo, y, en Internet, buscan lugares en Barcelona.
Voy a la cocina, y dejo los platos en el fregadero para después poner el lavaplatos. Entonces oigo unos pasos detrás de mí. Me doy la vuelta rápidamente, y veo a la última persona que imaginaba ver. Zayn.
- ¿Necesitas ayuda?- me pregunta.
Me sorprendo, y le doy las gracias, sin atreverme a decirle sí o no. Ambos recogemos la mesa y la cocina en completo silencio. No hablamos en todo el rato, y yo no quiero decir nada. Trabajar en silencio es bonito, parece tranquilizar el humor de Zayn. No oso preguntar nada en mucho rato, pero una vez hemos terminado, no puedo resistirme. Es que soy muy cotilla.
- ¿Hay alguna razón por la que te desagrade quedar con fans como nosotras?- no sé si la pregunta está bien planteada, porque no quiero ser grosera, pero no puedo evitar decir eso.
Él se me queda mirando durante varios instantes, y soy consciente de lo guapo que es cara a cara. Más que en los vídeos o de cómo me lo pareció anoche en el camerino. Sus ojos son muy oscuros y muy profundos. Parece posible sumergirse en ellos. Me ve mirándolo fijamente, y me ruborizo ante su mirada.
- Realmente, no mucho- cuando responde, me siento culpable por hacer que se confiese-. No me parece correcto. No todas las fans tienen la oportunidad de conocernos, y ya sé que nuestra fama ha subido- me pareció tan poco modesto que me desencanté por completo. Pero, por lo buena persona que trato de ser, intento entender cómo piensa-, pero no es justo para todos.
Trato de que mi cara no muestre la sorpresa que siento por dentro. Cuando venía caminando, parecía pensativo, como si algo le preocupase. Pero ahora solo parecía otro famoso superficial, no alguien de quien una se haría amiga.
Pero algo en sus ojos al hablar me dijo que no me decía la verdad, como mínimo no totalmente. Estoy a punto de preguntarle por qué no es sincero conmigo, cuando Cris entra en la cocina, interrumpiendo el momento.
- Os vengo a echar una mano- dice, con mirada de haber interrumpido algo.
Ya hemos acabado, así que guardamos el último plato y nos vamos. Mientras caminamos hacia el salón, yo detrás de Zayn, le miro, pensando en qué puede esconder. Pero no tengo ningún derecho a preguntar ni cotillear. A pesar de todo, no conozco a Zayn, así que no puedo reclamarle nada.

jueves, 1 de marzo de 2012

Eight. Liz

No lo veo venir. Voy demasiado concentrada en mis pensamientos, y no me doy cuenta de que hay alguien delante de mí, en medio del recibidor. Ni tan solo oigo su voz hablando por teléfono. Así que, sin querer, me golpea en el hombro. No lo suficientemente fuerte como para hacerme caer, pero sí para que pierda el equilibrio ligeramente. ¿Por qué soy tan patosa? Louis me coge con su mano libre, evitando mi caída. Sus dedos cálidos se cierran alrededor de mi muñeca, y, mientras observo sus ojos de cerca, oigo cómo le dice a Niall que le llamará luego. Nos quedamos cara a cara, y me pongo nerviosa. Yo no trato de alcanzar algo con el primer chico que me gusta que pasa por delante. Ni siquiera le conozco, aunque lo sepa casi todo sobre él. Pero es cierto que me hace sentir diferente.
Mi respiración se acelera, y entonces Louis se aparta. Una vez rota la magia del momento, veo a Sophie que se asoma por la cocina y a Carla saliendo del baño. Ambas se me quedan mirando, sonríen entre ellas. Balbuceando, me disculpo con Louis.
- Lo siento, de verdad. No te he visto- nerviosa, tartamudeo y evito todo contacto visual-. Soy muy patosa.
- No, tranquila- adoro su acento-. Yo tampoco te he visto, no es tu culpa. Perdona.
Sin saber qué más decirle me doy la vuelta y regreso al salón, donde me encuentro a Inés y María charlando con Harry, sin vergüenza alguna. Éste ha olvidado su incomodidad inicial y les habla de conciertos y música. Carla viene detrás de mí, y llama mi atención para hablar conmigo un momento.
En susurros, para que nadie lo oiga, me cuenta lo que ha pasado con Harry. Veo lo nerviosa que se ha puesto, y me extraña. Yo siempre había pensado que en cuanto conociera a alguien de One Direction se lanzaría a sus brazos, preferiblemente los de Niall. Pero no había sido así. Había aparecido una Carla muy tímida, desconocida para mí.
También me dice lo de hacer de guías turísticos para los chicos. Eso me emociona, pero también me pone nerviosa. Volvemos al salón y nos sentamos al lado de las chicas.
Carla mira al suelo, sin levantar la vista hacia Harry ni un solo instante, pero él sí la mira a ella. Mucho. Inés intenta llamar la atención del chico, y los consigue. Por un momento, ambos parecen estar solos en la habitación, e Inés es completamente feliz. Eso me hace sonreír.
- Chicas- dice Sophie, volviendo de la cocina con Cris-. Solo hay pizza, pero servirá. Ya se están haciendo.
Ella lo dice mirándonos a nosotras, pero en inglés. Louis, que ha entrado a la estancia detrás nuestro, asiente. Harry también, y nosotras nos encogemos de hombros. A mí me da bastante igual, lo importante es que ellos comen con nosotras. Qué pena que no estén los demás. Pero entonces Louis dice una cosa que hace que a Carla le cambie el humor por completo.
- He hablado con Niall- nos dice-. Ha convencido a Liam para venir a conoceros, pero Zayn estaba un poco reticente. Pero claro- prosigue-, no quiere quedarse solo, así que...
Eso quiere decir que van a venir los demás. No sé si vamos a poder con el mal humor de Zayn. Si nos detesta, nos detesta, y todos lo pasaremos mal. Pero Carla por fin va a conocer a Niall, María verá a Liam en directo, y yo podré escuchar su maravilloso acento. Me encanta. Es... No sé.
Mientras esperamos que los otros vengan, sin perderse, Cris, Inés y yo ponemos la mesa. Sophie va a vigilar las pizzas, para que no se quemen, mientras María y Carla se encargan de entretener a los invitados. Es injusto, todas queremos hablar con ellos, aunque Sophie y yo somos las únicas que aun no hemos podido hablar con ellos.
Hay demasiados platos por poner, e intentamos reorganizar la mesa para que quepamos todos.
De repente, un teléfono suena. Todas pegamos un salto, distraídas de nuestros pensamientos. Sophie lo coge, la oímos hablar en la cocina.
Resultan ser sus padres. Ella viene a consultar qué hacer, y decidimos decirles que hemos venido todas a comer y que Kate está aquí también. Cuando Sophie cuelga, dice que sus padres llegarán sobre las cuatro y media, por lo que aun nos queda, aunque no sea tanto tiempo.
Las pizzas están a punto de salir del horno cuando el teléfono de Louis suena de nuevo. Vuelve a ser Niall, esta vez diciendo que se han perdido y que necesitan indicaciones. Como Louis tampoco sabe guiarles, ya que ha venido con el GPS de su coche, decide salir a la calle con Sophie, Carla y yo para ver si les vemos.
Dejamos a María al cargo de la comida con Cris, ya que Inés sigue de cháchara con Harry.
Salimos fuera, y nos acercamos a la rotonda. No se han perdido, o no tanto, porque se ve que han bajado del coche y vienen por la calle de enfrente. Niall y Liam van mirando alrededor, a ver si ven el número o nombre de la calle, pero Zayn parece meditabundo, mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo.
Sophie y yo les miramos mientras se acercan. Louis grita su nombre, y ellos consiguen vernos, por fin. Y Carla... Carla ha hecho algo que siempre había pensado que haría, pero que no me imaginaba presenciando. Una cosa que no había hecho con Harry.
Se ha lanzado corriendo a los brazos de Niall.