martes, 13 de marzo de 2012

Fourteen. Sophie

- ¿Por qué mientes?- le hago la pregunta a Zayn, ya que no puedo aguantar más.
Nos hemos separado del resto, aunque Cris no deja de mirarme desde la distancia. Me siento vigilada e incómoda, ya que Zayn no hace nada para demostrar lo contrario.
- No te importa lo que yo piense, lo que pase por mi cabeza- me contesta él, bruscamente. ¿Qué se cree?
- Lo siento. Solo trataba de ayudar, y de veras me gustaría conocerte- le digo, tímidamente. Sus ojos se abren más, mostrando un color oscuro y perfecto, que parece muy profundo y cálido.
- Perdona- me dice, volviendo la vista al suelo. Se queda callado durante mucho rato, y yo no quiero interrumpir su silencio, así que seguimos andando, sin hablar.
Al poco rato, los demás se detienen, esperándonos. Inés, Carla, Harry y Niall siguen hablando de los conciertos y las fans, mientras que Louis, Liz y los demás explican algún chiste. ¿Cómo pueden hacerlo, si cada uno tiene los de su propio país? Extraño, pero supongo que siguen haciendo gracia.
Ya es casi mediodía, y no hemos tenido tiempo para hacer nada, aparte de pasear por las Ramblas. Rápidamente, cambiamos de planes, ya que queremos enseñarles la Sagrada Familia y otras obras de Gaudí, un famoso arquitecto que construyó bastantes edificios en la ciudad catalana.
Decidimos coger un par de taxis para llegar hasta la plaza de la Sagrada Familia, porque no cabemos todos en uno, y estamos bastante cansados para caminar tanta distancia.
Acabo sentada entre Louis y Niall en la parte trasera de uno, donde nos hemos metido apretujados, junto con Liz y Zayn, que ha conseguido ir delante. Los demás van en el otro vehículo, muy apretados, ya que es casi imposible que quepan. Pero no vamos a pagar más taxis, por muy mal que nos miren los conductores. Como nos pare la policía... Nuestras madres nos matan, literalmente, creo.
La Sagrada Familia les encanta. Hace mucho tiempo que yo no voy a verla, desde que salió en las noticias que, por fin, después de más de un siglo de construcción, estaba terminada. Fui con el colegio, a ver el resultado final de la obra de Gaudí. El pobre arquitecto murió atropellado por un tranvía cuando estaba empezando la construcción de esta iglesia, ahora consagrada por el Papa. Pero eso no les importa mucho, como mínimo, no a todos.
Damos una vuelta a la plaza y después entramos dentro. Ya no me acordaba de su interior, y observo mi alrededor igual de asombrada que los chicos de One Direction.
Pasamos el tiempo así, haciendo turismo como otras muchísimas personas extranjeras. Hacia las doce y media, los chicos dicen que tienen hambre, pero nosotras no estamos acostumbradas a comer tan pronto, así que tratamos de alargarlo un poco, andando hasta el paseo marítimo.
Caminamos por ahí, observando la playa y riendo, pasándolo en grande. Decidimos comer allí, mirando la playa.
- Deberíamos pedir una paella- me hace reír como Niall pronuncia la palabra-. Está realmente buena. La he probado varias veces.
¡Es verdad! Niall viene bastante a España. Tiene una casa en Alicante, creo. Seguro que Carla lo sabe, después se lo preguntaré.
A pesar de que nos reímos todos cuando pronuncian “paella”, decidimos pedirla, y, como tardan tanto en el restaurante, nos hacemos fotos mientras esperamos. Ahora sí que hace mucho sol, y calor, así que las gafas de sol quedan geniales. Inés lleva sus Ray-Ban nuevas, y le quedan genial. Louis está tan animado que se quita las suyas, y me las da.
- Pruébatelas- me dice-. A ver cómo te quedan.
Me las pongo, ya que me encantan, y miro a mis amigas. Se ríen de mí, aunque tratan de evitarlo. Seguro que me quedan fatal, yo y las gafas de sol... Como que no. No me veo... normal.
Me siento en frente de Louis, con Carla y Harry uno a cada lado. La tensión permanece en el aire, aunque cada uno está charlando con la persona a su otro lado, en este caso Niall e Inés, respectivamente.
Miro hacia delante, y hablo con Louis durante toda la comida. Un par de asientos a su derecha, Zayn está animado, hablando con Cris sobre la paella que comemos. Ella se lo come con los ojos.
- Me encanta este plato- repite Niall por enésima vez. Nos ha quedado muy claro que le apasiona la paella, y Louis también lo ha dicho un par de veces.
Cuando acabamos, los chicos dan las gracias al dueño del local, que nos viene a recoger la cuenta, pagada, después de mucho insistir, por Louis y Harry a medias. Sigo sin estar de acuerdo.
Paseamos durante un buen rato, y vamos al Puerto Olímpico. Los chicos observan todo con curiosidad, como verdaderos turistas extranjeros.
Una vez entrada la tarde, decidimos que quedan muchas cosas por ver, así que queremos darnos prisa. Mientras lo discutimos, suena un teléfono.
- ¿Sí?- contesta Louis. Se aleja un poco para hablar, y vuelve al cabo de unos minutos, atento a nuestras miradas curiosas.
- Cambio de planes- dice a los chicos, no muy alegre-. Nos marchamos mañana por la tarde, no dentro de tres días, como estaba planeado.
- ¿Continuáis la gira?- pregunta Inés a Harry-. ¿Adónde vais?
- A París- responde él.
¡Qué bonito! Yo también quiero ir a la ciudad de las luces y el amor... Pero con un chico... Sería muy especial.
Los chicos nos dicen lo mal que les sabe tener que irse tan pronto.
- Nos gustaría poder conoceros mejor- dice Niall, mirando a Carla-. Parecéis... muy simpáticas y dignas de conocer- acaba ruborizándose ligeramente.
- Ya... a nosotras también nos gustaría- dice Cris, en voz baja.
Caminamos un poco hacia la playa, de vuelta. Decidimos ir por la arena, y nos sacamos los zapatos para caminar más cómodamente.
- Una idea- dice Louis-. ¿Qué os parece pasaros por el hotel mañana? Tenemos una firma de discos a las diez, pero hacia las once tenemos libre.
Todas asentimos, emocionadas, aunque entonces nos damos cuenta de algo. Es lunes. Y eso quiere decir que hay clase. Mala idea.
Pero no decimos nada a los chicos, esperamos poder resolverlo solas.
- ¿A quién le apetece un chapuzón?- dice Harry, divertido.
- Estás de broma, ¿verdad?- dice Inés. 
Pero Harry no parece estarlo, ya que, repentinamente, la coge en brazos y la lleva hasta la orilla, donde, sin que Inés deje de gritar, la tira al agua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario